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lunes, agosto 06, 2007

as Pulgas dinamiza comercio capitalino



SANTO DOMINGO.- El populoso mercado Las Pulgas ya no es una simple y rodante feria comercial de objetos usados, dirigida a gente pobre y carente de posibilidades. Las Pulgas se ha convertido en los últimos años en el mercado de todos.

Así lo aseguran buhoneros y servidores públicos de la capital, quienes dicen que pese a las dificultades y limitaciones de lugar, Las Pulgas ha sido por años una de las más significativas fuente de empleos.

Más de 5,500 empleos directos, 800 puestos de ventas y más de 7 mil visitantes conforman semanalmente Las Pulgas, ubicada en en la interscción de las avenidas Independencia con Luperón, lo que es hoy un mercado modelo.

El recorrido por las instalaciones de ventas de artículos para el hogar, puestos de productos de belleza, tiendas de ropas para hombres, mujeres y niños, computadoras, películas, entre otros, intensifican domingo tras domingo una búsqueda determinada, al por mayor y detalle, de múltiples y prácticos utensilios, según los intereses y las necesidades de los compradores.

Dado el significativo desarrollo y crecimiento mercantil que ha logrado establecer en la última década, Las Pulgas se posiciona en la actualidad como una de las más dinámicas plazas públicas de la capital.

Pero la arrabalización y contaminación ambiental que genera la plaza, ha obligado a las autoridades al diseño de un proyecto de cambio y modernización, implementándose políticas de mejoramiento, tanto para los comerciantes como para los visitantes.

PERFIL DEL MERCADO
Constantes quejas
Desde sus inicios, hace casi veinte años, el mercado de Las Pulgas ha sido trasladado más de ocho veces, lo que ha provocado desencanto y las quejas de ciudadanos ante los incontrolables vertederos.

Los buhoneros se abastecen por lo general de mercancía haitiana y algunos fabrican y crean sus medios de producción.

El mercado dispone de artefactos para especialistas y recolectores de antigüedades, las más novedosas tecnologías, variedades de servicios y juegos de azar, electrodomésticos, libros y útiles escolares, destinados para todos los públicos. No cuentan con un sistema de control de precios, ya que es considerado como un libre mercado.