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miércoles, agosto 15, 2007

Discurso Fiscal DN en acto inauguración Centro Asistencia Sobrevivientes Víctimas Violencia


Distinguidos señores:

Hace unos días al iniciar la lectura de la recién publicada obra del historiador Juan Daniel Bálcacer titulada “Trujillo el tiranicidio de 1961”, fijé mi atención en la cita que el autor hace de Fernand Braudel en su obra “Las ambiciones de la historia”, cuando se pregunta y responde lo siguiente: “¿Qué es, de hecho un gran acontecimiento? No es el que hace más ruido cuando ocurre … sino el que acarrea las mayores consecuencias, en número y en importancia. Las consecuencias no se producen en lo inmediato, las consecuencias son hijas del tiempo”.

Traigo lo anterior a colación con respecto a la actividad a la cual asistimos hoy, la inauguración del Centro de Atención a Sobrevivientes de la Violencia, hecho que nosotros constituye uno de los acontecimientos que más impactará en la búsqueda y solución a las graves consecuencias que acarrea la violencia en uno de los sectores sociales vulnerables de la población dominicana, las mujeres.

Hace tres años decidimos sustituir la política de atención a las víctimas de violencia, primero estableciendo dignos y confortables lugares en donde los fiscales recibir las denuncias de las mujeres, acompañándolas y asistiéndolas eficazmente para garantizar su seguridad física y la persecución del agresor, decidiendo la integración de un personal de la conducta que mitigara inicialmente los graves efectos psicológicos y evaluara la peligrosidad del agresor, lo cual ha dado por resultado la instalación de 13 fiscalías barriales y un centro coordinador, que muestra su efectividad con la estadística de haber recibido durante el año pasado más de diez mil cuatrocientas denuncias.

A pesar de éste gran avance, la realidad nos manifestaba que un peldaño faltaba en la correcta aplicación de soluciones a las consecuencias y efectos de la violencia a la mujer, pues éstas seguían sumidas en el mismo estado de dependencia psicológica que no les permitía su desarrollo pleno emocional y traía como consecuencia su retorno al ciclo de la violencia.

A partir de identificar la necesidad, unimos voluntades y decidimos inspirados en el modelo español crear una instancia a cargo del ministerio público, como lo faculta el estatuto legal que lo rige, integrado por psicólogos y psiquiatras que procuran que las mujeres superen el impacto de la violencia a nivel psicológico y emocional, desarrollando y estimulando sus competencias para permitirles mantenerse o insertarse en la vida laboral, para así reintegrarla plenamente a una vida distinta y romper el ciclo al cual retornaban muchas veces inconscientemente, otras porque no existía una distinta posibilidad.

Hoy, sin mucho estruendo, pero con la convicción de establecer que esta obra como ninguna otra contribuirá definitivamente en la búsqueda de soluciones en lo inmediato a las más de mil mujeres que en esta jurisdicción atendemos mensualmente, junto a sus hijos, padres y demás entorno familiar, quienes podrán disfrutar de una vida plena, libre de violencia, con posibilidad de independencia, todo para lo cual no necesitaremos de mucho tiempo para saber de sus positivas consecuencias.

Y es que cada paso dado, desde la base teórica en que sustentamos el proyecto formulado por capacitadas profesionales, pasando por la remodelación del local que se asimila a una estancia hogareña, debidamente equipado con el confort que amerita, su personal escogido bajo concurso y la alianza suscrita con el Banco Adopem que crea un fondo de préstamo a interés por debajo del mercado, nos permiten establecer con gran satisfacción que hoy es un día muy especial, que distingue un mejor porvenir a muchos sobrevivientes de la violencia donde sus pesares, tristezas y desengaños quedarán sepultados definitivamente.

Algo muy personal lo constituye el programa que desde estas instalaciones estaremos implementando a favor de los niños y niñas huérfanos de la violencia, aquellos que un día fueron impactados por la ausencia repentina y definitiva de sus progenitores, dando por consecuencia la separación de sus hermanos y las dificultades económicas que imposibilitan el acceso a la educación, salud y demás derechos. Desde aquí, además de la atención psicológica, coordinaremos con las distintas dependencias estatales para garantizar su asistencia inmediata y minimizar esos efectos devastadores.

No queremos concluir estas palabras sin antes dejar por establecido nuestro profundo y eterno agradecimiento a su Eminencia Reverendísima Monseñor Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez por disponer la cesión del local, a Doña Flavia García y con ella a las demás profesionales de la Secretaría de Estado de la Mujer por la cooperación técnica y entusiasta, a Soraya Lara del PACAM y Rafaela Burgos del Instituto de la Familia por su acostumbrada asistencia, al personal de la Fiscalía del Distrito Nacional, en especial a la arquitecta Elena Soufront, diseñadora de la edificación, y el personal bajo su supervisión, a Caliope Malena, Aracelis Peralta, Ligia Pardilla, Claribel Mejía y la directora del Centro, Solangie Alvarado, en el diseño del proyecto y los manuales, elección del personal y demás, a todas gracias del alma.